La conectividad es central en la minería moderna de Latinoamérica
La Organización Latinoamericana de Energía (OLADE) publicó una investigación en 2024 que sostiene que la región exporta el 25% del mercado global de materiales críticos: alrededor de 180 mil millones de dólares sobre un total de 700 mil millones de dólares. Los principales minerales son el cobre (70 mil millones de dólares), el mineral de hierro (50 mil millones de dólares), el oro (30 mil millones de dólares) y la plata (10 mil millones de dólares).
El Centro de Estudios del Cobre y la Minería (CESCO) de Chile, en su informe "Hacia una minería 4.0: Recomendaciones para impulsar una industria nacional inteligente”, reconoce que para aprovechar todo su potencial, la industria minera latinoamericana debe aplicar desarrollos tecnológicos tales como contar con una conectividad de alta calidad.
“Muchas de estas soluciones [tecnológicas] requieren una conexión estable de Internet, y dentro de una mina —dadas sus características de aislamiento, altura o profundidad— muchas veces no puede tener una conexión asegurada. Esto influye en que, al final del día, no se podrá funcionar en tiempo real”, advierte el CESCO.
En efecto, una conectividad de calidad posibilita mayor eficacia en las operaciones de la minería: puede aportar ventajas como monitoreo en tiempo real, mejora de la eficiencia operativa, seguridad del personal, mantenimiento predictivo, reducción de riesgos ambientales, gestión de activos eficiente, cumplimiento normativo y mayor rentabilidad.
SES, operador de satélites que opera en órbita terrestre media (MEO) y en órbita geoestacionaria (GEO), permite que empresas de diferentes rubros, como las de la minería, puedan contar con una conectividad de altísima calidad en los sitios más inhóspitos del planeta, su red de satélites O3b mPOWER en órbita de media altura, permite comunicaciones de la red eficientes y de alto rendimiento a nivel mundial.
La compañía ofrece Acuerdos de Nivel de Servicio (SLA) y priorización de servicios en la entrega de conectividad de alta calidad, cruciales para aplicaciones "críticas para la misión" en la industria minera; de este modo, se diferencia al convencional enfoque de "mejor esfuerzo", el cual no puede garantizar que los datos lleguen a su destino, ni ofrecer al usuario una determinada calidad de servicio (QoS) en sus comunicaciones.
Mina de cobre Kamoa-Kakula: un ejemplo y un caso de éxito en conectividad para Latinoamérica
La empresa minera canadiense Ivanhoe Mines está desarrollando algunas de las operaciones mineras tecnológicamente más avanzadas del mundo en su exploración, perforación, construcción y operaciones continuas.
En la República Democrática del Congo (RDC), junto a Zijin Mining Group y al Gobierno de ese país, Ivanhoe Mines está realizando trabajos en la mina Kamoa-Kakula, proyecto catalogado como uno de los mayores descubrimientos de cobre de alta ley y no desarrollados del mundo, según Wood Mackenzie.
El yacimiento está en camino de convertirse en una de las minas de cobre más grandes del mundo, lo que generaría un importante impulso al desarrollo económico de la zona. Sin embargo, este esfuerzo también requiere abordar desafíos, como la falta de comunicaciones confiables, un factor clave para las operaciones productivas y seguras.
La ubicación remota de la instalación y su distribución en una gran área geográfica hace que no sea sencillo llevar conectividad para procesar información y operaciones avanzadas (IT/OT). La mina Kamoa-Kakula se ubica a unos 270 kilómetros al oeste de la capital provincial de Lubumbashi, un sitio que no tenía acceso a fibra óptica o infraestructura de banda ancha, principalmente porque extender redes inalámbricas o cableadas hasta allí no era rentable para los operadores de telecomunicaciones.
Ante esta situación crítica, Ivanhoe Mines decidió asociarse con SES, empresa que le proporcionó conectividad similar a la fibra utilizando su flota de satélites de Órbita Terrestre Media (MEO). Este servicio, gestionado de extremo a extremo, fue lo que necesitaban para cumplir con los desafíos geográficos, operativos y de costos únicos.
En efecto, una conectividad rápida y confiable ha permitido digitalizar las operaciones en la mina Kamoa-Kakula. Su red está diseñada de manera que pueda brindar soporte tanto para los requisitos actuales como para las necesidades futuras, como el uso de datos para acceder al Internet de las Cosas (IoT), coordinar miles de sensores y dispositivos en toda la mina, habilitar aplicaciones en la nube, monitoreo y control en tiempo real de equipos automatizados, mantenimiento predictivo, voz y video en tiempo real, cada uno con su propia calidad de servicio.
La eficiencia, la productividad y el estado de ánimo del equipo que trabaja en la mina ha aumentado radicalmente desde que se aplicaron estos servicios. Gracias a la baja latencia que proporciona la conectividad de SES, el personal en la mina puede realizar videoconferencias de manera fluida con la sede y otros lugares en China y Sudáfrica con fines comerciales, así como conectarse con sus familias a través de redes sociales y hasta realizar videollamadas durante su tiempo libre. La red es ahora clave para respaldar el funcionamiento sin problemas de las operaciones diarias y permite el uso de aplicaciones basadas en la nube para datos críticos, mejorando la productividad, la seguridad y el control de acceso.
En consonancia con este caso de éxito, el CESCO advierte que todos los proyectos mineros requieren ya de datos y conectividad para funcionar de manera competitiva. La entidad chilena señala que la planificación por parte del Estado es esencial para asegurar a la industria el acceso necesario para el correcto funcionamiento de las tecnologías, especialmente ad portas de la incorporación de las redes de quinta generación (5G), las que facilitarán aún más la incorporación de estas soluciones.
Conectividad y digitalización, piezas claves para la industria minera en Latinoamérica
Latinoamérica ofrece una oportunidad muy importante para la industria minera, teniendo en cuenta que de allí surgirá la materia prima para elaborar los insumos básicos y equipamientos con los que se desarrollará la transición energética hacia fuentes de energías limpias. Esta revolución en la industria le permitirá a la región posicionarse como un actor relevante en el proceso de transición y aumentar sus exportaciones en base a necesidades futuras y con un mercado en crecimiento.
Para acompañar este proceso, las empresas deberán aprovechar las ventajas de la conectividad y la digitalización de sus operaciones, a través de una conectividad de alta calidad que proporcione ventajas a nivel operativo y humano para así hacer más eficientes, rentables y seguros todos los procesos.